domingo, 28 de diciembre de 2014

Capítulo V.


Did you have to do this?
I was thinking that you could be trusted
Did you have to ruin what was shiny?
Now it's all rusted
Did you have to hit me where I'm weak?
Baby I couldn't breath
And rub it in so deep
Salt in the wound like you're laughing right at me
Oh, it's so sad to think about the good times, you and I
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La tarde se alzaba ante mis ojos, la luz del sol estaba en toda su esplendor, convirtiendo esos días fríos en cálidos.

La doctora que antes me había atendido, me indicó que la ropa que llevaba estaba sobre la silla del rincón de la habitación. Y luego marchó.

Me senté sobre la cama de lado y toqué el suelo con mis descalzos pies, un escalofrío recorrió mi cuerpo. No recordaba que estaba tan frío. Me levanté y busqué mi ropa, por seguridad, me encerré en el baño de la habitación.

Cuando me dispuse a quitarme la bata que llevaba me llamó la atención un papel que medio salía del bolsillo trasero de mi pantalón.

Lo cogí entre mis manos y observé lo que había anotado, un número de télefono.

¿Habría sido la enfermera? O eso pensé hasta que me acordé de la niña que me había encontrado con… Maya. Moví la cabeza de lado a lado, como si aquello fuera a quitar a Maya de mis pensamientos.

Me daba pena aquella niña, seguramente esperando con el teléfono en mano, esperando una llamada. No podía evitarlo, era una simple niña.

Me vestí lo más rápido posible y dejé la bata al lado del lavamanos. Ya estaba dispuesto a marchar de allí, nadie me esperaba, pero me las arreglaría para volver. No quería depender de nadie y que me consideraran débil, aunque tal vez lo fuera.